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Reflexiones diarias Padre Juan Diego Ruiz Arango. Medellín. Colombia.

Reflexiones diarias Padre Juan Diego Ruiz Arango. Medellín. Colombia.

Jose Jaime

Reflexiones diarias de las lecturas por parte del presbítero Juan Diego Ruiz Arango. Todos los días subimos la palabra de Dios y su reflexión.

1111 - Reflexión Domingo 28 de abril de 2024. Padre Juan Diego Ruiz Arango.
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  • 1111 - Reflexión Domingo 28 de abril de 2024. Padre Juan Diego Ruiz Arango.

    Primera lectura Hch 9,26-31 Él les contó cómo había visto al Señor en el camino Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles. EN aquellos días, llegando Pablo a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos, pero todos le tenían miedo, porque no se fiaban de que fuera discípulo. Entonces Bernabé, tomándolo consigo, lo presentó a los apóstoles y él les contó cómo en Damasco había actuado valientemente en el nombre de Jesús. Saulo se quedó con ellos y se movía con libertad en Jerusalén, actuando valientemente en el nombre del Señor. Hablaba y discutía también con los helenistas, que se propusieron matarlo. Al enterarse los hermanos, lo bajaron a Cesarea y lo enviaron a Tarso. La Iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaría. Se iba construyendo y progresaba en el temor del Señor, y se multiplicaba con el consuelo del Espíritu Santo. Palabra de Dios. Salmo Sal 22(21),26b-27. 28 y 30.31-32 (R. 26a) R. El Señor es mi alabanza en la gran asamblea. O bien: R. Aleluya. V. Cumpliré mis votos delante de sus fieles. Los desvalidos comerán hasta saciarse, alabarán al Señor los que lo buscan. ¡Viva su corazón por siempre! R. V. Lo recordarán y volverán al Señor hasta de los confines del orbe; en su presencia se postrarán las familias de los pueblos. Ante él se postrarán los que duermen en la tierra, ante él se inclinarán los que bajan al polvo. R. V. Mi descendencia lo servirá; hablarán del Señor a la generación futura, contarán su justicia al pueblo que ha de nacer: «Todo lo que hizo el Señor». R. Segunda lectura 1Jn 3,18-24 Este es su mandamiento: que creamos y que nos amemos Lectura de la primera carta del apóstol san Juan. HIJOS míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras. En esto conoceremos que somos de la verdad y tranquilizaremos nuestro corazón ante él, en caso de que nos condene nuestro corazón, pues Dios es mayor que nuestro corazón y lo conoce todo. Queridos, si el corazón no nos condena, tenemos plena confianza ante Dios. Cuanto pidamos lo recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada. Y este es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros, tal como nos lo mandó. Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él; en esto conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos dio. Palabra de Dios. Aclamación R. Aleluya, aleluya, aleluya. V. Permanezcan en mí, y yo en ustedes -dice el Señor-; el que permanece en mí da fruto abundante. R. Evangelio Jn 15,1-8 El que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante Lectura del santo Evangelio según san Juan. EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Ustedes ya están limpios por la palabra que les he hablado; permanezcan en mí, y yo en ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no pueden hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que desean, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que den fruto abundante; así serán discípulos míos». Palabra del Señor.

    Sun, 28 Apr 2024 - 07min
  • 1110 - Reflexión sábado 27 de abril de 2024. Padre Juan Diego Ruiz Arango.

    Primera lectura Hch 13,44-52 Sepan que nos dedicamos a los gentiles Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles. EL sábado siguiente, casi toda la ciudad acudió a oír la palabra del Señor. Al ver el gentío, los judíos se llenaron de envidia y respondían con blasfemias a las palabras de Pablo. Entonces Pablo y Bernabé dijeron con toda valentía: «Teníamos que anunciarles primero a ustedes la palabra de Dios; pero como la rechazan y no se consideran dignos de la vida eterna, sepan que nos dedicamos a los gentiles. Así nos lo ha mandado el Señor: "Yo te he puesto como luz de los gentiles, para que lleves la salvación hasta el cofín de la tierra"». Cuando los gentiles oyeron esto, se alegraron y alababan la palabra del Señor; y creyeron los que estaban destinados a la vida eterna. La palabra del Señor se iba difundiendo por toda la región. Pero los judíos incitaron a las señoras distinguidas, adoradoras de Dios, y a los principales de la ciudad, provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé y los expulsaron de su territorio. Estos sacudieron el polvo de los pies contra ellos y se fueron a Iconio. Los discípulos, por su parte, quedaban llenos de alegría y de Espíritu Santo. Palabra de Dios. Salmo Sal 98(97),1.2-3ab.3cd-4 (R. 3cd) R. Los confines de la tierra han contemplado la salvación de nuestro Dios. O bien: R. Aleluya V. Canten al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas. Su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo. R. V. El Señor da a conocer su salvación, revela a las naciones su justicia. Se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel. R. V. Los confines de la tierra han contemplado la salvación de nuestro Dios. Aclama al Señor, tierra entera; griten, vitoreen, toquen. R. Aclamación R. Aleluya, aleluya, aleluya V. Si permanecen en mi palabra -dice el Señor-, serán de verdad discípulos míos, y conocerán la verdad. R. Evangelio Jn 14,7-14 Quien me ha visto a mí ha visto el Padre Lectura del santo Evangelio según san Juan. EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si me conocieran a mí, conocerían también a mi Padre. Ahora ya lo conocen y lo han visto». Felipe le dice: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta». Jesús le replica: «Hace tanto que estoy con ustedes, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo les digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras. Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí. Si no, crean a las obras. En verdad, en verdad les digo: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aun mayores, porque yo me voy al Padre. Y lo que pidan en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me piden algo en mi nombre, yo lo haré». Palabra del Señor.

    Sat, 27 Apr 2024 - 07min
  • 1109 - Reflexión viernes 26 de abril de 2024. Padre Juan Diego Ruiz Arango.

    Primera lectura Hch 13,26-33 Dios ha cumplido su promesa resucitando a Jesús Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles. EN aquellos días, cuando llegó Pablo a Antioquía de Pisidia, decía en la sinagoga: «Hermanos, hijos del linaje de Abrahán y todos ustedes los que temen a Dios: a nosotros se nos ha enviado esta palabra de salvación. En efecto, los habitantes de Jerusalén y sus autoridades no reconocieron a Jesús ni entendieron las palabras de los profetas que se leen los sábados, pero las cumplieron al condenarlo. Y, aunque no encontraron nada que mereciera la muerte, le pidieron a Pilato que lo mandara ejecutar. Y, cuando cumplieron todo lo que estaba escrito de él, lo bajaron del madero y lo enterraron. Pero Dios lo resucitó de entre los muertos. Durante muchos días, se apareció a los que habían subido con él de Galilea a Jerusalén, y ellos son ahora sus testigos ante el pueblo. También nosotros les anunciamos la Buena Noticia de que la promesa que Dios hizo a nuestros padres, nos la ha cumplido a nosotros, sus hijos, resucitando a Jesús. Así está escrito en el salmo segundo: "Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy"». Palabra de Dios. Salmo Sal 2,6-7.8-9.10-11 (R. Mt 16,16b) R. Tú eres mi hijo: yo te he engendrado hoy. O bien: R. Aleluya V. «Yo mismo he establecido a mi Rey en Sion, mi monte santo». Voy a proclamar el decreto del Señor; él me ha dicho: «Tú eres mi hijo: yo te he engendrado hoy. R. V. Pídemelo: te daré en herencia las naciones; en posesión, los confines de la tierra: los gobernarás con centro de hierro, los quebrarás como jarro de loza». R. V. Y ahora, reyes, sean sensatos; escarmienten, los que rigen la tierra: sirvan al Señor con temor, ríndanle homenaje temblando. R. Aclamación R. Aleluya, aleluya, aleluya V. Yo soy el camino y la verdad y la vida -dice el Señor-; nadie va al Padre sino por mí. R. Evangelio Jn 14,1-6 Yo soy el camino y la verdad y la vida Lectura del santo Evangelio según san Juan. EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No se turbe su corazón, crean en Dios y crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no, se lo habría dicho, porque me voy a prepararles un lugar. Cuando vaya y les prepare un lugar, volveré y los llevaré conmigo, para que donde estoy yo estén también ustedes. Y adonde yo voy, ya saben el camino». Tomás le dice: «Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?». Jesús le responde: «Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí». Palabra del Señor.

    Fri, 26 Apr 2024 - 07min
  • 1108 - Reflexión jueves 25 de abril de 2024. Padre Juan Diego Ruiz Arango.

    Primera lectura 1 P 5, 5b-14 Os saluda Marcos, mi hijo Lectura de la primera carta del apóstol san Pedro Queridos hermanos: Tened sentimientos de humildad unos con otros, porque Dios resiste a los soberbios, pero da su gracia a los humildes. Inclinaos, pues, bajo la mano poderosa de Dios, para que, a su tiempo, os ensalce. Descargad en él todo vuestro agobio, que él se interesa por vosotros. Sed sobrios, estad alerta, que vuestro enemigo, el diablo, como león rugiente, ronda buscando a quién devorar. Resistidle firmes en la fe, sabiendo que vuestros hermanos en el mundo entero pasan por los mismos sufrimientos. Tras un breve padecer, el mismo Dios de toda gracia, que os ha llamado en Cristo a su eterna gloria, os restablecerá, os afianzará, os robustecerá. Suyo es el poder por los siglos. Amén. Os he escrito esta breve carta por mano de Silvano, al que tengo por hermano fiel, para exhortaros y atestiguaros que ésta es la verdadera gracia de Dios. Manteneos en ella. Os saluda la comunidad de Babilonia, y también Marcos, mi hijo. Saludaos entre vosotros con el beso del amor fraterno. Paz a todos vosotros, los cristianos. Palabra de Dios. Salmo Sal 88, 2-3. 6-7. 16-17 R. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor. V. Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré tu fidelidad por todas las edades. Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno, más que el cielo has afianzado tu fidelidad.» R. V. El cielo proclama tus maravillas, Señor, y tu fidelidad, en la asamblea de los ángeles. ¿Quién sobre las nubes se compara a Dios? ¿Quién como el Señor entre los seres divinos? R. V. Dichoso el pueblo que sabe aclamarte: caminará, oh Señor, a la luz de tu rostro; tu nombre es su gozo cada día, tu justicia es su orgullo. R. Evangelio Mc 16, 15-20 Proclamad el Evangelio a toda la creación Lectura del santo evangelio según san Marcos En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: -«Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos.» Después de hablarles, el Señor Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban. Palabra del Señor.

    Thu, 25 Apr 2024 - 06min
  • 1107 - Reflexión miércoles 24 de abril de 2024. Padre Juan Diego Ruiz Arango.

    Primera lectura Hch 12,24 - 13,5a Apártenme a Bernabé y a Saulo Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles. EN aquellos días, la palabra de Dios iba creciendo y se multiplicaba. Cuando cumplieron su servicio, Bernabé y Saulo se volvieron de Jerusalén, llevándose con ellos a Juan, por sobrenombre Marcos. En la Iglesia que estaba en Antioquía había profetas y maestros: Bernabé, Simeón, llamado Níger; Lucio, el de Cirene; Manahén, hermano de leche del tetrarca Herodes, y Saulo. Un día que estaban celebrando el culto al Señor y ayunaban, dijo el Espíritu Santo: «Apártenme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado». Entonces, después de ayunar y orar, les impusieron las manos y los enviaron. Con esta misión del Espíritu Santo, bajaron a Seleucia y de allí zarparon para Chipre. Llegados a Salamina, anunciaron la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos. Palabra de Dios. Salmo Sal 67(66),2-3.5. 6+8 (R. cf. 4) R. Oh, Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. O bien: R. Aleluya V. Que Dios tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros; conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación. R. V. Que canten de alegría las naciones, porque riges el mundo con justicia y gobiernas las naciones de la tierra. R. V. Oh, Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. Que Dios nos bendiga: que le teman todos los confines de la tierra. R. Aclamación R. Aleluya, aleluya, aleluya V. Yo soy la luz del mundo -dice el Señor-; el que me sigue tendrá la luz de la vida. R. Evangelio Jn 12,44-50 Yo he venido al mundo como luz Lectura del santo Evangelio según san Juan. EN aquel tiempo, Jesús gritó diciendo: «El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me ha enviado. Y el que me ve a mí, ve al que me ha enviado. Yo he venido al mundo como luz, y así, el que cree en mí no quedará en tinieblas. Al que oiga mis palabras y no las cumpla, yo no lo juzgo, porque no he venido para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. El que me rechaza y no acepta mis palabras tiene quien lo juzgue: la palabra que yo he pronunciado, esa lo juzgará en el último día. Porque yo no he hablado por cuenta mía; el Padre que me envió es quien me ha ordenado lo que he de decir y cómo he de hablar. Y sé que su mandato es vida eterna. Por tanto, lo que yo hablo, lo hablo como me ha encargado el Padre». Palabra del Señor.

    Wed, 24 Apr 2024 - 09min
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