Reflexiones de Monseñor Bernacki

Evangelio del Día

Lectura del santo evangelio según san Juan

Jn 17, 20-26

En aquel tiempo, Jesús levantó los ojos al cielo y dijo: "Padre, no sólo te pido por mis discípulos, sino también por los que van a creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí y yo en ti somos uno, a fin de que sean uno en nosotros y el mundo crea que tú me has enviado.
 
 Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno. Yo en ellos y tú en mí, para que su unidad sea perfecta y así el mundo conozca que tú me has enviado y que los amas, como me amas a mí.
 
 Padre, quiero que donde yo esté, estén también conmigo los que me has dado, para que contemplen mi gloria, la que me diste, porque me has amado desde antes de la creación del mundo.
 
 Padre justo, el mundo no te ha conocido; pero yo sí te conozco y éstos han conocido que tú me enviaste. Yo les he dado a conocer tu nombre y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que me amas esté en ellos y yo también en ellos''.

Monseñor Dante Bernacki, Vicario General de la Arquidiócesis de Salta y Párroco de Nuestra Señora del Tránsito nos invita a reflexionar cada día invitándonos a vivir más cercanos a Jesús y su madre, la Virgen María.

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Monseñor Dante Bernacki, Vicario General de la Arquidiócesis de Salta y Párroco de Nuestra Señora del Tránsito nos invita a reflexionar cada día invitándonos a vivir más cercanos a Jesús y su madre, la Virgen María.

La gratitud no calcula, es noble y generosa. 

Es preciso florecer donde Dios nos ha plantado. 

Todos sufrimos de una o de otra manera. 
Sin el dolor no tendríamos la experiencia, la sabiduría y la alegría honda. 

¿El silencio es lo que mata a las parejas? 
¿Hay silencios que matan? 

Muchas queremos imponer a los demás lo que pensamos. Hay que saber callar. 

Cuaresma, un buen tiempo de ejercicio espiritual. 

Vivimos en un mundo donde se habla mucho y se escucha poco.

Que bueno poder compartir en familia. 
Le pidamos a nuestra Madre, la Virgen, que nos proteja.  

La rutina termina matando nuestro corazón y las relaciones. 
Llenemos nuestra vida de entusiasmo, que es amor por lo que hacemos en cada momento. 

Fortalezcamos nuestro corazón  con la oración, la Eucaristía y la Palabra de Dios.  Confiemos en el Señor.

La gratitud nos da felicidad, esperanza. 
Seamos agradecidos. 

Cómo el amor lo transforma todo. 

Vivamos el día con esperanza, fe y alegría. 

Oremos cuando nos invade la angustia y el dolor. 

Oración para el alma cuando nos paraliza el miedo. 

Tratemos con respeto a la mujer embarazada. 

Para los niños los pequeños gestos son gigantes. Escuchémoslos. 

Espíritu Santo, asísteme cuando no tenga fuerzas para enfrentar mis problemas.

Oremos por la Patria en este día. 

Compartimos una oración de San Juan Pablo II. 

Ayuno, Limosna y Oración.

Recordemos vivir intensamente la Cuaresma. 

Iniciamos el tiempo de Cuaresma. 

Te doy gracias Señor por cada instante de mi vida. 

Señor, ayúdame cuando la tristeza me invade. 

Disfrutemos más la vida. Pidamosle al Señor que nos ilumine y nos libere de los remolinos mentales que nos quitan la paz.

Cada uno tiene que cumplir con su misión y ser buenos instrumentos del Señor.  

Señor, Tú eres la verdadera luz.  

Confiemos en el Dios de bondad y misericordia. No tengamos miedo, no estamos solos. 
El amor de Dios nos acompaña siempre. 

Tuve hambre y pediste que esperara...

Dios es la meta del ser humano, hemos sido creados a su imagen y semejanza. 
Si vivimos obsesionados por el tener, no echamos de menos a Dios  que es pura gratuidad.

Dios espera de nosotros, por eso vivimos. 
Él espera que encontramos la genuina felicidad y nuestra realización en el amor. 

Esta noche soñé que caminaba en compañía del Señor...

Tantos lindos recuerdos que nos trae la Inmaculada Concepción. 

A Dios nadie lo ha visto nunca pero aprendamos a contemplar a Dios en las pequeñas cosas, en lo cotidiano. 

Mientras vamos en el camino necesitamos pedirle a Dios que nos ilumine. Agradece cada día. 

Todos queremos un buen corazón para nuestros hijos. 

Donde haya hambre, que yo regale tu pan honradamente. 

Recordemos a nuestros abuelos, quienes tienen una vida fecunda ya fructificada. 
Ser abuelo es un premio del destino,

Temía estar solo hasta que aprendí a quererme a mi mismo. 

No esperes ser amado para amar. 

Necesitamos de ti Señor. 

¿Qué es la comprensión? 

Quien bendice, se bendice a si mismo

¿Quién es María para mí?

El que quiera saborear la alegría la debe compartir, la felicidad nació gemela.
La verdadera alegría es la que se comparte.
La alegría nace de la generosidad. 

Si sabemos dar amor sincero y generoso, siempre habrá alguien que nos dé una mano de corazón.
Siempre hay alguien que nos auxiliará si lo pedimos. 
No temamos la soledad, el Señor es real en nuestras vidas. 

Tener fe no es sólo aceptar algunas verdades con mi mente, es una luz que ilumina nuestros ojos y nos hace ver más allá. 
Con fe tenemos una oportunidad, una esperanza. 
Da gracias a Dios por tu fe y pide que la aumente.